
Mi cuerpo es mi hogar,
mi caballo, mi sabueso.
¿Qué es lo que haría
si lo perdiera?
¿Dónde dormiría?
¿Cómo cabalgaría?
¿Qué cazaría?
¿A dónde iría
sin mi montura?
Toda impaciente, vital,
¿cómo sabría
si más adelante, en la maleza,
aguarda el peligro o la traición?
¿Qué haré sin mi Cuerpo, mi bien,
con mi perro alegre, muerto?
¿Cómo sería
yacer en el cielo
sin techo ni puertas
ni otros ojos que el viento;
con una nube para cubrirme,
cómo me esconderé?
Feliz y triste, alegre y miserable, segura y temerosa, amada y abandonada, paciente y enojada, pacífica y salvaje, llena y vacía, todo a la vez. Lo siento todo... todo es MÍO.
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