Que fácil que era desear cosas durante la niñez. Entonces no hay imposibles. Cuando uno crece se da cuenta de todo lo que no se puede desear porque es algo prohibido, pecaminoso, indecente.
¿Pero qué es la decencia? ¿Negar todo lo que uno quiere verdaderamente? Ojalá que nunca hubiera crecido...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
a veces pienso eso -.-
ResponderEliminartodo es tan facil y magico de chiquitos.